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Os vamos a contar una historia…

 

Érase una vez un niño o una niña que nació y creció en una familia. Era sensible y en su casa percibía cosas que no le gustaban y no le hacían sentir bien. Su mamá y su papá eran como eran. A veces daban amor y a veces todo lo contrario. Esto fue generando ciertas huellas dolorosas en su corazón. Ante ello, fue desarrollando una forma de ser que le permitía “tirar para adelante”, unas estrategias para no sufrir y para sentirse bien, que a veces le funcionaban mejor y otras peor. 

 

Y así se desarrolló, buscando una felicidad efímera y huyendo siempre de esas cosas que le hacían sentir mal, siempre con la amenaza de volver a ser visitado por sus fantasmas, que nunca terminaban de irse del todo. Con el tiempo se acostumbró a vivir así, lo asumió como “lo normal” y siguió “para adelante”. 

 

Así llegó a ser adulto/a, hasta que un día conoció a una persona con la cual decidió juntarse. Esta persona también llevaba su mochila y su carga de sufrimiento por las historias no resueltas. Y formaron familia. 

 

Al principio era bonito, pero al tiempo los fantasmas de uno y del otro empezaron a aparecer y a meterse en su relación de amor. Apareció de nuevo el desamor, abriendo las viejas heridas. Como también había que tirar para adelante, los problemas de fondo se fueron dejando a un lado.

 

Más adelante llegaron los hijos. De nuevo se abrieron ventanas de amor pero de nuevo los fantasmas volvieron a manchar todo esa gran oportunidad de felicidad. Los hijos nacieron y se desarrollaron en esa familia, recibiendo de sus padres esas huellas dolorosas no resueltas en ellos mismo. Tuvieron que asumirlas como hicieron ellos, y así continuó la historia durante siglos ... .hasta que, en alguna generación, alguien se dio cuenta y quiso cambiarlo. Trabajó duro y lo consiguió. Entonces los fantasmas fueron reducidos a cenizas y del desamor surgió un amor tan fuerte que el sol ya nunca volvió a ponerse. 

 

Todos los ancestros se alegraron. Por fin, se realizó el trabajo, alguien dio el paso “de la coraza al corazón”. 

Escuela de padres y madres. psicologo. pedagogo. actividades en familia. terapia familiar. acompañamiento infantil y familiaVejer de la frontera, conil de la frontera, cadizr
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